8 de diciembre de 2011

Corto animado





Un muy lindo corto animado de Marcelo D'salete (artistas brasilero autor de la historiera "Noite luz"). La música es muy buena también.

8 de noviembre de 2011

Datos

¿Cuánto pesa internet? (How much does the internet weigh?)


(Todavía lamentablemente no hay traducción)

26 de octubre de 2011

Ese gran escritor

Antonio Di Benedetto es, sin dudas, uno de mis escritores favoritos. Si bien está algo olvidado, me alegra saber que todavía hay gente que se encarga de estudiar su obra y descifrar algunos misterios de su vida.
Acá una notita sobre sus problemas en la última dictadura a causa de sus publicaciones en los diarios mendozinos que lo llevó a estar preso, ser torturado y luego obligarlo al exilio:


Antonio Di Benedetto

16 de septiembre de 2011

Fragmentos de incertidumbre


"La idea del pensamiento paradójico, el mal dentro del bien, la permanencia en la incertidumbre, aveces es agotadora. Es un lugar donde no se puede estar demasiado. Pero es el sitio ideal, ya que donde está el peligro también está la salvación." 

The Piper se tomó el palo - Fabián Casas.

10 de septiembre de 2011

Dormimos solos

Ayer dormía tratando de saber
qué tipo de dolor no quiero sentir más,
cuando justamente ése,
el peor, llegó de no sé dónde
y me quebró,
me rompió el sueño y quedé mudo.
Dolió donde no quiero
ya no importan ni viejas, ni jaspes, ni el color.
Son días que transcurren son Sísifo y la piedra.
Estoy aquí sentado
tratando de saber
más.


Jorge Fondebrider


Extraído de Diario de Poesía nº82

12 de agosto de 2011

Documental

A través de Avirgilo conocí "The Story of stuff" (La Historia de las cosas). Se trata de un interesante documental sobre la sociedad de consumo y su relación con la explotación de los recursos naturales y humanos, la producción de productos, los desechos, entre otras. De manera simple y didáctica desarrolla los problemas que posee el sistema lineal de producción y consumo en un mundo de recursos finitos. Si bien no agota el tema es una punta interesante para que surjan planteos en cada sujeto sobre su relación con los distintos productos industriales.




Parte1:
Parte2:
Parte3:

9 de agosto de 2011

Humorista sin humor

No me gusta las peleas desparejas, pero creo que Nik hace todo lo posible para que sea así. Siempre me aburrió su humor; Gaturro es una copia mala del pavote de Garfield. Sus chistes políticos me parecen malos en todo aspecto. Ahora resulta que también hace plagio este dibujante.
Recomiendo leer el siguiente blog donde hace un breve recuento de problemas y "robos" del mencionado señor: Nik ¿...turro?

22 de julio de 2011

Problemas para Superman

Larry Niven en un pequeño ensayo nos cuenta de los problemas que tiene Superman para poder reproducirse. Lleva por nombre Hombre de acero, mujer de Kleenex (1971). 
Cortito y al pie, vale tomarse unos pocos minutos para disfrutar su lectura. Una pequeña cita del trabajo:

La eyaculación del semen es enteramente involuntaria en el varón humano y en todas las otras formas de vida terrestre. Sería ilógico asumir algo diferente para los kryptonianos. Pero con músculos kryptonianos detrás suyo, el semen de Kal-El surgiría con la asombrosa velocidad de una bala de ametralladora. (*Uno puede imaginar que el hogar de los Kent en Smallville estaba lleno de hoyos durante la pubertad de Superboy. ¿Y por qué Lana Lang nunca lo notó?*). 


Se le nota en la cara la falta de una alegría




 Click acá para descargar el ensayo o acá para leerlo en ingles.




Ese día se quedó sin techo

15 de julio de 2011

Radioteatro

Con ganas de escuchar radioteatros (género en el que estoy incursionando) me encontré con uno muy bueno. Se llama "Extradiegético". Está hecho por un grupo de jóvenes (o creo que lo son) que se nucléan en el grupo La tertulia de la biblioteca octogonal. Por ahora consta de dos capítulo, desconozco si continuará o no (qué lugar ocupará el espectador).
La descripción que hacen de la obra es la siguiente:
Mentirosa Libertad ¿que sucede cuando uno se ve enfrentado al propio discurso? ¿que hacer al darse cuenta que la existencia es una prisión ineludible? ¿como actuar cuando uno quiere ir al baño y no le dejan? todo esto y mucho mas de la mano de los actores estelares César de Medeiros y Eugenia Sabatino. Una idea original de Pablo Guillermo Cieslik.
Sin mucho más que decir, recomiendo que escuchen el radioteatro y visiten el blog de La tertulia...

Capítulo 1:


Capítulo 2:

Ya está el tercer capítulo

11 de junio de 2011

Algunas consideraciones sobre la literatura actual

Hace unos días leyendo el blog Común Ente (recomendable) me encontré, en su última entrada, una reflexión sobre la lectura de nuevos narradores y de la producción actual. Sobre el final del texto coincido con lo que se dice: “nosotros, como lectores, tenemos una tarea: leer a nuestros escritores”. No sólo a los consagrados, sino también a los que están produciendo en este momento dentro y fuera del mercado y de las instituciones. Leer a los que aún no gozan de renombre e incluso a aquellos que difícilmente lo logren y sólo se los conozca en un pequeño círculo, tal vez en el de amigos únicamente.
Hay que leer la producción actual. Implica tanto a la que fue escrita hace no tanto tiempo y a la que está siendo producida ahora. Para esta última, los blogs son, creo, un lugar al que hay que acudir. Permiten observar cuáles son las tendencias, las preocupaciones y estilos que están asomando la cabeza. Incluso gracias los sistemas de “links a favoritos” es posible rastrear grupos de escritores que comparten intereses o que de algún modo se relacionan; el salto de link a link abre el panorama de las lecturas. Prefiero los blogs antes que los encuentros de lecturas de poesía para conocer nuevas obras; es necesario aclarar que no se repelen, incluso se las puede pensar tranquilamente como complementarias.
La tarea de navegar por las nuevas escrituras no es fácil. Como en un terreno casi virgen, hay que construir los senderos por medio de la lectura con la ayuda de la constancia. El tiempo que requiere no todos lo quieren emplear para esta búsqueda, que no implica descuidar otras lecturas (obras ya reconocidas, escritores consagrados, etc). Debe realizarse una tarea de selección y actuar con criterio para no desilusionarse con los resultados que tal vez no sean satisfactorios al gusto o al interés que se tenga.
Para finalizar este pequeño escrito, dejo algunas preguntas que me surgen sobre el tema: ¿Qué perfil está tomando el canon que se está seleccionando de la literatura actual? ¿Quiénes formarán parte? ¿Cuánto se le está dedicando a las nuevas producciones? El tiempo y nuestro trabajo lector las responderán.

27 de mayo de 2011

El arte como artificio

Viktor Shklovski (1893-1984) fue uno de los ideólogos fundamentales del formalismo ruso. Miembro activo y promotor de la Opoiaz (Sociedad para el estudio de la lengua poética), produjo muchos estudios referidos a la prosa y la literatura en general. Sin dudas, su nombre es imposible de olvidar cuando se estudia la teoría literaria a la que dedicó gran parte de su vida junto a la escritura literaria.
 En 1917, con tan solo 24 años, publica su ensayo El arte como artificio, piedra esencial dentro del formalismo ruso. Si bien se puede no adherir a su propuesta o se pueda plantear que el formalismo ya fue superado, este ensayo no puede perderse de vista. En primer lugar porque es un punto de partida interesante para el debate literario; en segundo lugar, permite ver las preocupaciones teóricas que estaban tratando de deshilvanar y desarrollar unos muy jóvenes lingüistas.
En discusión con la tradición presente hasta su época y principalmente con el simbolismo; las grandes preguntas que se formulan son: ¿Cuál es la función de las imágenes? ¿Qué las haces en elementos literarios? ¿A qué aluden? Todo recae en la desautomatización, en el proceso de singularización en la escritura.
Si bien este es un resumen bastante chapucero sobre El arte como artificio y sobre la figura de Shklovski. Invito a la lectura de este genial crítico y del formalismo en general.

21 de mayo de 2011

Lasker vs Schlechter

Schlechter - Lasker
La prensa ha conservado para nosotros un "retrato" de los dos jugadores  el día de esa última partida: "Lasker, con el pálido rostro de un pensador, su característica nariz y sus pequeños ojos semicerrados, que de repente se abrían ante el tablero, todo nervio, incapaz de permanecer quieto por un instante pasándose continuamente la mano por el cabello. Se diría que todo su cuerpo interviene en el pensamiento, en el que todo está en continuo movimiento. Todo, salvo su rostro, que el ajedrez parece haber congelado. Enfrente de él, Schlechter, un hombre pequeño y a primera vista nada notable, con un elevado busto, un cigarro incrustado en su mano, contenido y frío en cada uno de sus movimientos. Sus ojos están dirigidos hacia el tablero, y parece que sus pensamientos sólo están ocupados por su próxima jugada".
 Fragmento de "Mis geniales predecesores. Vol I" de Garry Kasparov

25 de abril de 2011

Del relampago

Hoy en la madrugada murió el poeta chileno Gonzalo Rojas (Lebu, 1917- Santiago 2011). Gracias a sus poemas llegó a ser condecorado con el Premio Cervantes en el 2003, entre otras distinciones que ganó. Si bien no toda su producción es de mi agrado, creo que ha escrito grandes poesías, versos que difícilmente se logren igualar.
Por suerte, gran parte de su obra, entrevistas, artículos, videos y biografía se encuentra en Internet gracias a los esfuerzos de la Universidad de Chile

Dejo una de las poesías que más me gusta de él:


Numinoso


1
Al mundo lo nombramos en un ejercicio de diamante,
uva a uva de su racimo, lo besamos
soplando el número del origen,
                                                          no hay azar
sino navegación y número, carácter
y número, red en el abismo de las cosas
y número.


2
                Vamos sonámbulos
en el oficio ciego, cautelosos y silenciosos, no brilla
el orgullo en estas cuerdas, no cantamos, no
somos augures de nada, no abrimos
las vísceras de las aves para decir la suerte de nadie, necio
sería que lloráramos.

3
Míseros los errantes, eso son nuestras sílabas: tiempo, no
encanto, no repetición
por la repetición, que gira y gira
sobre
sus espejos; no
la elegancia de la niebla, no el suicidio:
                                                                      tiempo,
paciencia de estrella, tiempo y más tiempo.
                                                                              No
somos de aquí pero lo somos:
                                                      Aire y Tiempo
dicen santo, santo, santo.


De Oscuro, 1977.

17 de abril de 2011

Paren las rotativas



Muy buen video para observar cómo se imprimían los libros paso a paso en 1947. Está en ingles pero se puede entender con cierta facilidad cada operación.

14 de abril de 2011

De las siestas de otoño


El sol de los días de abril no declina, adelgaza. Salimos a caminar después de comer, tranquilos, evitando la sombra fría y parándonos a cada rato para mirar una fronda amarilla, el ornamento de una fachada. Discutimos de sexo y de política. Para mí, son siestas de estatuas y de sol fino; después de muchas cuadras, las sienes empiezan a picar. Pasamos por la plaza de las palomas, vamos a la costanera, nos inclinamos sobre la baranda y miramos el río. Calculo que es a esa hora que se achatan y se despliegan las ciudades. Me ha parecido, algunas veces, saberlo todo sobre las estatuas, sobre el orín que las desfigura y las mancha, sobre las casas viejas que atestiguan vidas más perfectas.
Más refinada, la luz solar —a una hora precisa—, polvorienta, es suave y omnipresente. Nos sentamos en un banco de madera, sobre caminitos de ladrillo molido, para que se nos caliente la cabeza. De golpe nos quedamos sin hablar. Lo que llamamos el murmullo, el rumor de los años vividos, el ruido de lo que recordamos, va pasando, poco a poco, hasta que enmudece por completo. Entonces se empiezan a escuchar los sonidos de afuera: un auto, lejos, el grito de dos chicos que se llaman uno al otro más allá del parque y de la gran rotonda de la costanera, o bien los chasquidos de zapatos femeninos que se arrastran sobre el ladrillo pulverizado. No conozco nada más vivido. En el corazón —¿puedo llamarlo así?— resuena el eco vacío de esos susurros. Me he sorprendido, en esos momentos, preguntándome con un pavor súbito: «¿Quién soy yo y qué hago aquí?». Como después cuando caminamos de nuevo y entramos en el primer bar la sensación desaparece, he elaborado la teoría de que el sol de abril que fluye en declive lento sobre las ciudades no es saludable y de que sus efectos son parecidos a los de la marihuana, pero más difusos.
(Juan José Saer)

6 de abril de 2011

CircoTv


Hacen o intentan hacer la pirueta. Aveces les sale bien, no se crean; en otras ocasiones no pueden despegarse del suelo quedando en una posición grosera o directamente caen al suelo sin llegar a poner las manos para proteger su cara. Pero en todos los casos, siempre se terminan aplaudiéndose entre ellos, con sonrisa socarrona y mirando de costado a un público desalentado.

29 de marzo de 2011

Silbidos

“Un pésimo actor, muy pagado a si mismo, sale de gira con el monólogo de Hamlet. Siempre había soñado con hacer Shakespeare, pero nunca lo llamaban. Ninguna compañía, ni la más triste, le ofrecía un papel. El actor, ya maduro, con dolores de ciática, veía alejarse el último sueño que tenía. Una noche, frente al espejo y a una amante cincuentona, llena de granos, se dijo que si los otros actores no se animaban, él si. Y salió de gira. Fue a Córdoba y lo silbaron, fue a Bahía Blanca y también lo silbaron, pasó por Santa Fe y el público seguía silbando. Una noche en Rosario, harto de derrochar energía, llegó a la conclusión que algo fallaba. Aturdido por los chiflidos y el pataleo se paró frente al público, hizo un corte de manga y le gritó: ¡Paren, carajo, que no fui yo el que escribió esta mierda!”
Estábamos tan borrachos que nos reímos como locos, revolcados en la arena, mientras despuntaba el día. Lucas podía contar cualquier cosa y hacerla graciosa. Yo ya había escuchado ese chiste en el ambiente del teatro y creo que François Truffaut lo tomó en una de sus películas. Pero igual me hacía desternillar de risa. Supongo que era porque ponía en tela de juicio toda la escritura, aun la más genial que haya dado la humanidad.



( “La hora sin sombra” - Osvaldo Soriano)

27 de marzo de 2011

La pantera mutó en tortuga

Hay discos que llaman nuestra atención y si bien difícilmente se conviertan en nuestros favoritos, nunca saldrán de nuestro reproductor de música. Atrapados por alguna melodía reconocible, fácilmente tarareable, la letra, los matices, lo que sea. Pop in swing es uno de esos álbumes.
Pink turtle es un septeto de músicos franceses que a modo de pequeña big band toman canciones por todos conocidas tanto del pop como del rock y las transportan al mejor swing del jazz. Si bien la idea no es del todo original, recuerdo a los The Lost Fingers hacer un trabajo similar, los resultados alcanzados son más que meritorios. Se las ingeniaron para adaptar un listado de temas que es difícil imaginarlos tocados en clave de swing; seguramente no a todas las versiones produzcan el mismo gusto o efecto en cada oyente. Lo que no puede negarse es que el resultado final es un disco muy divertido y ameno de oír.
Ya sea por curiosidad, porque se guste de escuchar versiones en otros estilos, para divertirse o por lo que sea, es un disco que vale la pena escuchar al menos una vez para poder sacar conclusiones.

Listado de temas:
·         How deep is your love (Bee Gees)
·         Walk on the wild side (Lou Reed)
·         Smoke on the Water (Deep Purple)
·         Logical song (Supertramp)
·         Hotel California (The Eagles)
·         Money (Pink Floyd)
·         Every breath you take (The Police)
·         Highway to Hell (Ac/Dc)
·         Another brick in the Wall (Pink Floyd)
·         Love is all
·         We are the champions (Queen)
·         Owner of a lonely heart (Yes)
·         Don’t know why (Norah Jones)

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15 de marzo de 2011

Freddie la tenía clara

Hay discos que simplemente al escucharlos uno se queda prendido a ellos. Se cierran los ojos, se relaja el cuerpo y se prepara para la audición placentera. En realidad es un placer no exento de cambios de humor que van desde alegría, tranquilidad hasta tristeza, susto, tensión. El llamado “hard bop” suele regalarnos joyas así con sus armonías complejas y sus solos repletos de virtuosismo y melodía.
Freddie Hubbard supo contribuir con sus composiciones y sobre todo con su trompeta para que existan discos que difícilmente podamos olvidar. Discos a los que nos entregamos una y otra vez hasta casi memorizar los solos pero que aun así logramos encontrar nuevos matices. Ready for Freddie es uno de ellos. El cuarto disco de Hubbard grabado por el sello Blue Note en 1961 es imprescindible en cualquier batea de un amante del jazz y de la música en general. Cada uno de los temas que componen el disco merece ser escuchado con total atención.
Los músicos que acompañan a Freddie son dignos de mencionar por su sutileza, su excepcional trabajo y por ser artistas que ejercieron una influencia notable en el jazz, sobre todo por la presencia de Wayne Shorter y McCoy Tyner, en saxo  tenor y piano respectivamente. Completan el cuadro musical el baterista Elvin Jones, el bajista Art Davis y Bernard McKinney en tuba tenor. Además Shorter aporta con un composición, Marie Antoinette.

·         "Arietis" - 6:41
·         "Weaver of Dreams" (ElliottYoung) - 6:35
·         "Marie Antoinette" (Shorter) - 6:38
·         "Birdlike" - 10:15
·         "Crisis" - 11:33
·         "Arietis" [alternate take] - 5:51
·         "Marie Antoinette" [alternate take] (Shorter) - 6:15


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4 de marzo de 2011

Queremos tanto a Miles

Hace años cuando empecé a escuchar a conciencia jazz, es decir, prestándole la atención que debía a la música, quedé impactado por Miles Davis. El disco de Kind of blue se gastó de tanto girar en el equipo de música. Además, fue la puerta de acceso para escuchar a Coltrane, Adderley, los pasos del gigante Paul Chambers y la poesía escrita con el piano por Bill Evans. Luego pasé a escuchar otros discos, a ampliar los horizontes de mi escucha de jazz.
A pesar de que escuchaba discos de fusión el primer contacto con la “electrificación” del jazz que me marcó de manera profunda fue a través del disco We want Miles. Lo compré sin saber qué me esperaba pero conociendo que los músicos que en esa ocasión acompañaban al gran Davis eran de gran calibre. A Mike Stern lo había visto actuar unos años antes, pero desconocía a Marcus Miller que a partir de ese momento empecé a escuchar; al igual que a Bill Evans que está vez no tenía nada que ver con el histórico pianista sino con el gran saxofonista del funk.
El disco registra en vivo conciertos dados por Davis en el principio de los años 80’ en distintas ciudades de los Estados Unidos y en Tokio. Personalmente, siendo un neófito en el tema, creo que el sonido de la grabación es excelente; logran los músicos la sensación de intimidad a través de temas que se inician en la más absoluta tranquilidad con pequeños arreglos en la melodía para luego convertirse en un volcán eléctrico que avasalla para luego regresar a la tranquilidad; como ocurre en Jean Pierre.
Justamente la melodía de Jean Pierre posee algo particular: una vez escuchada es inevitable no tararearla, no cantarla durante días, que vuelva una y otra vez sin saber por qué motivo a intrusar nuestra mente. Ante esta advertencia queda en ustedes tomar valor para dejarse atrapar por tan particular forma de belleza.
Para finalizar, la lista de músicos que participan del disco son: Miles Davis en trompeta, Mike Stern en guitarra, Marcus Miller en bajo eléctrico, Bill Evans en saxo soprano, Al Foster en batería y Mino Cinelu en percusión. La producción estuvo a cargo de Teo Macero como no podía ser de otra manera.

·         "Jean Pierre" – 10:30 (Davis)
·         "Back Seat Betty" – 8:10 (Davis)
·         "Fast Track" – 15:10 (Davis)
·         "Jean Pierre" – 4:00 (Davis)
·         "My Mans Gone Now" – 20:12 (DuBose HeywardGeorge Gershwin)
·         "KIX" – 18:45 (Davis)


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1 de marzo de 2011

Para escucharlo en la esquina

En su más que recomendable libro Blow! De trompetas y trompetistas, nuestro querido Gillespi escribió, en el último capítulo dedicado a recomendar algunas audiciones de trompetistas y discos, lo siguiente sobre Miles Davis:
On the Corner (1972) es uno de mis [discos] predilectos. Invadido por el sonido funky, es un disco áspero, rítmico y frenético del principio al fin. Como si los músicos estuvieran en trance o participando de una ceremonia de brujería en Haití. Definitivamente, Miles se estaba volcando al terreno del rock. Con influencias de Jimmy Hendrix (en el uso de trompeta con wah wah) y de Sly and The Family Stone en las bases rítmicas, el disco marca la decisión de Miles de acercarse a públicos más jóvenes, y fue duramente criticado por los sectores más conservadores del jazz.”
Para completar las palabras de Gillespi cabe mencionar que participan músicos de excelencia, como son los casos de: Chick Corea en teclados, Herbie Hancock en sintetizador y teclados también, un treintañero Jhon McLaughlin en guitarras (ya había fundado la Mahavishnu Orchestra), Al Foster en batería, entre tantos otros instrumentistas (incluso se oye un citar). Y como no podía ser de otra manera fue producido por Teo Macero.

El disco contiene los siguientes temas todos compuestos por Miles Davis:
  • "On the Corner / New York Girl / Thinkin' One Thing and Doin' Another / Vote for Miles" (19:55)
  • "Black Satin" (5:16)
  • "One and One" (6:09)
  • "Helen Butte / Mr. Freedom X" (23:18)



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The Road o la película donde todo cruje

Hace unas semanas vi The Road (2009) una road movie ambientada en un mundo pos-apocalíptico donde no se sabe qué pasó y dejarse morir no es una opción descabellada. En ese contexto, un padre y un hijo atraviesan ciudades, pueblos y caminos deshabitados o, peor aún, con algunos otros sobrevivientes. La desesperación por la falta de alimento y esperanza hace que todo sea un infierno en el que hay que escapar de grupos armados y del canibalismo que empieza a aflorar como algo común y hasta necesario.
Caminando al sur en busca de la costa y de la esperanza, los dos protagonistas atraviesan distintos periplos. La película se vuelve entretenida aunque hay varias escenas laguneras que aportan poco o que se extienden sin necesidad. Por otra parte, resalto la escena donde se presenta un sótano repleto de esclavos que son guardados no para explotarlos en el trabajo sino como alimento. De lo más crudo en el film.
La oscuridad, las fogatas, el viento, el vapor que sale de las bocas y el cielo que parece un gran manto de ceniza que no deja ver el sol crean una excelente ambientación. Admito que por momentos parecía una típica película zombie y se me hacía inevitable no estar expectante a la aparición de algún muerto viviente caminando. De hecho, dentro de la historia la idea de “muertos vivientes” a los pocos que aún se mantienen con vida no es descabellada.
Sólo una cosa puede resultar molesta: los sonidos ambientales. Es que The Road es una película en donde todo cruje. Las casas de madera, los leños en la hoguera crujen, las ruedas de los carritos, las puertas, las hojas muertas en suelo, cada pisada, los insectos, los huesos de Viggo Mortensen, el revólver cargado con dos balas, todo cruje. No se sabe por momentos de donde viene tanto crujir incesante pero no por eso deja de ser una película que se deja ver sin problemas. Alrededor de una hora y media de entretenimiento y no más que eso con alguna moralina típica de Hollyhood es The Road.

28 de febrero de 2011

Nieve

“Imaginaba la nieve blanca, liviana, bajando en línea recta hacia el suelo y apoyándose luego sobre el suelo hasta taparlo con un manto blanco de nieve. Pero esa nieve ahí, amarilla, no caía: corría horizontal por el viento, se pegaba a las cosas, se arrastraba después por el suelo y entre los pastos para chupar el polvillo de la tierra; se hacía marrón, se volvía barro. Y a eso llamaban nieve cuando decían que  los accesos tenían nieve. Nieve: barro pesado, helad, frío y pegajoso.
[…]
Nunca se deben iluminar las caras con la linterna. Al principio, cuando alguien pedía la linterna, siempre la pasaban prendida, dirigiéndole el rayo de luz a la cara. Así se producía dolor: dolían los ojos y dejaba de verse por un rato. Abajo –por tanta oscuridad-, y afuera, andando siempre de noche y en el frío, la luz duele en los ojos. Alguien alumbraba la cara y los ojos se llenaban de lágrimas, dolían atrás, y enceguecían. Después las lágrimas bajaban y hacían arder los pómulos quemados por el sol de la trinchera. Escaldaban.”

(Los pichiciegos – Fogwill)

10 de febrero de 2011

Una dosis de fusión


Por alguna extraña razón nunca me había acercado a Chick Corea. Ni en los discos de Miles Davis (etapa que aun no abordé del genial trompetista), ni en sus discos con la Elektric Band o la Akoustic Band, ni en las participaciones con otros músicos lo había escuchado. Tal vez la memoria me falle y alguna composición en la que formó parte escuché, pero repito, no lo recuerdo.
Hace unos días me acerqué a él y me produjo el mejor impacto que un músico puede generar: quedé perplejo, asombrado por el mundo que se me abría, absorbido por el mundo de Chick Corea. Porque si bien a la llamada fusión en la música hace tiempo que me puse en contacto, de hecho uno de mis discos favoritos es Outbreak (2003) de Dennis Chambers, esta vez me hizo ir en busca de más, me frotaron las ganas de devorar auditivamente todo lo compuesto y tocado por dicho señor.
El disco que me abrió auditivamente a Corea fue Beneath the Mask (1991), quinto álbum de la formación con la Elektric Band. Todas las composiciones me parecen un mar de potencia, un muro de sonido que te golpea desde distintos puntos cuando te distraes a través de los arreglos. Es que el dream team que acompaña a Chick Corea sabe bien lo que hace; todos dominan su instrumento a la perfección y que además muestran una sensibilidad musical que roza lo sublime.
Los músicos que acompañan a los teclados de Corea son: Dave Weckl en batería (realmente formidable músico), Frank Gambale en guitarra (que ya se ha convertido en un mito del instrumento), Eric Marienthal en saxo y por último uno de mis bajistas favoritos de todas las épocas John Patitucci. Es para destacar que todos los músicos aportan compositivamente en alguno de los diez temas que componen el álbum. Además es interesante la introducción de sonidos y melodías que se acercan o juegan a acercarse con músicas de distintos puntos del mundo, especialmente pasajes que recuerdan a África.
Demasiada cháchara he dicho ya, es hora que los interesados puedan ver si experimentan sensaciones iguales a las mías al escuchar este disco; así que lo acerco en una buena calidad (como se lo merece dentro de lo que brinda el mp3) y con el aporte del libro interior del disco. Saludos y espero que lo disfruten como yo.

Temas:
01.   Beneath the mask (3:31)
02.   Little things that count (3:47)
03.   One of us is over 40 (4:55)
04.   A wave goodbye (4:45)
05.   Lifescape (5:10)
06.   Jammin E. Cricket (6:51)
07.   Charged particles (5:17)
08.   Free step (7:44)
09.   99 flavors (3:52)
10.   Illusions (9:44)

(Ver los comentarios)

8 de febrero de 2011

Reunión en el café

El mozo apoyó los pocillos de café y se retiró. Los tres hombres colocaron azúcar a su gusto y bebieron enérgicamente. Desde hacía muchos años que no mantenían contacto entre sí y el encuentro casual de esa tarde los llevo a compartir un café.
Ricardo es el más joven, sin embargo el tiempo hizo mella en su rostro –pensó Octavio. No parece tener la vitalidad de años atrás cuando su voz y carcajadas inundaban cualquier lugar. No, ninguno de ellos era joven ya, ni Ricardo, ni Ernesto, ni él. Eran tres desconocidos que apenas reconocían los rostros que frente a ellos estaban. Luego de unos minutos se quedarían sin charla, sin más vida que contar a unos viejos amigos, sin café.
Ernesto era reconocible sólo porque mantenía la flacura; aparentaba mayor edad, tenía más canas que cualquiera de su generación. Sus gestos eran agrios, se movía de forma lenta para beber. No había en sus ojos más que anécdotas mal contadas o sin final.
-Cuánto tiempo sin compartir una reunión, che – dijo Octavio ocultando el desgano. Sus palabras rompieron lo monótono del ruido de cucharas y tazas. Los ruidos de la calle llegaban como un zumbido que hacía más insoportable la situación.
Amargamente Ricardo sonrió. Los trajo a la fuerza sin saber por qué. No veía en sus caras nada que lo ate al pasado que compartieron antaño. Le parecía grotesco verse sentado allí, frente a desconocidos de los que tan solo sabía los nombres y los tics de juventud que arrastraban pero que bajo las sienes blancas se suavizaban. Los temas se agotarán tan rápido como pasa un tren y ni siquiera viejos rencores llenarán el silencio, pensó Ricardo.
Solo Ernesto creía que tras aquellas miradas incómodas se escondía la imborrable huella de la amistad. Siempre pensó que ser amigo era un rol imperecedero, una piedra que el tiempo no podía pulir. Jugaba a reconocer qué historias contarían, qué familias armaron, qué viajes hicieron, qué nostalgias traerían a la mesa.
El desengaño no se hizo esperar. Al poco tiempo las premoniciones de Ricardo y Octavio se hicieron efectivas. El tercer café era innecesario, no tardarían en marcharse simulando anotar teléfonos y direcciones para un futuro encuentro que nunca el interés llevaría a realizar.

6 de febrero de 2011

Un poco más de Paz


DESTINO DE POETA

¿Palabras? Sí, de aire,
y en el aire perdidas.
Déjame que me pierda entre palabras,
déjame ser el aire en unos labios,
un soplo vagabundo sin contornos
que el aire desvanece.

También la luz en sí misma se pierde.



EL PÁJARO


En el silencio transparente
el día reposaba:
la transparencia del espacio
era la transparencia del silencio.
La inmóvil luz del cielo sosegaba
el crecimiento de las yerbas.
Los bichos de la tierra, entre las piedras,
bajo la luz idéntica, eran piedras.
El tiempo en el minuto se saciaba.
En la quietud absorta
se consumaba el mediodía.

Y un pájaro cantó, delgada flecha.
Pecho de plata herido vibró el cielo,
se movieron las hojas,
las yerbas despertaron...
Y sentí que la muerte era una flecha
que no se sabe quién dispara
y en un abrir los ojos nos morimos.


Silencio


Así como del fondo de la música 
brota una nota 
que mientras vibra crece y se adelgaza 
hasta que en otra música enmudece, 
brota del fondo del silencio 
otro silencio, aguda torre, espada, 
y sube y crece y nos suspende 
y mientras sube caen 
recuerdos, esperanzas, 
las pequeñas mentiras y las grandes, 
y queremos gritar y en la garganta 
se desvanece el grito: 
desembocamos al silencio 
en donde los silencios enmudecen.

Octavio Paz [1944]



4 de febrero de 2011

Blue in green

Hay canciones que las podemos escuchar miles de veces y siempre les encontramos algo nuevo (un arreglo, un nuevo sentido en la letra) o incluso le adherimos la cara de una persona querida o detestada, un sentimiento, un saludo de despedida, un recuerdo. La música como los libros puede pasar por re-nacimientos  incontables para la mirada siempre subjetiva de cada persona, cargada de historia y formas. Pero no siempre prestamos la atención adecuada, no ponemos la oreja para abarcar todos los sonidos o variaciones, aun cuando sepamos la letra o podamos tararear la introducción, el solo o algún arreglo musical. La culpa de eso muchas veces recae en el hecho de poner música de fondo mientras hacemos otras cosas.
Toda esa larga y aburrida introducción era para poder hablar un poco de “Blue in green”. Standard de jazz que luego de la primera vez que se lo escucha ya se lo puede reconocer en cualquier versión luego. También guarda discusiones, su autoría fue producto de distanciamiento entre Miles Davis y Bill Evans. Sin embargo tantas veces escuchado “Kind of blue”, disco en el que es por vez primera grabado, otros temas se llevaban mi principal atención, sobre todo “So what”. Pero el tiempo me llevaría a esperar el momento indicado para redescubrir esta joya.
En una tarde-noche de sábado se produjo la iluminación. Esperaba dentro del auto el regreso de una amiga que estaba haciendo unas compras. Tenía puesto en el estéreo un Cd de mp3 con clásicos discos de jazz, entre ellos anteriormente mencionado. Aburrido de esperar me concentré en escuchar la canción que estaba por comenzar, era “Blue in green”; tantas veces escuchada y por primera vez iba a prestarle la atención que le debía. Ni bien salieron de los mediocres parlantes del auto las notas de la trompeta de Miles Davis no tuve otro sentido más que el del oído; todos los demás se anularon, todo lo que me rodeaba dejó de existir para envolverme en el más profundo sonido. Uno de los puntos más altos de la música se me revelaba. Sentí como se materializaba en vibraciones sonoras la idea de “saudade” (que es la palabra que mejor lo explica).
Un kenshou a través del jazz, en el momento menos esperado dentro de un auto estacionado en una cortada del oeste. Yo que siempre deteste la espera, esa vez anhelé que nada interrumpa la prolongación del tiempo, que tarde en regresar mi amiga. “Blue in green” se tornó un punto inerte entre el fluir incesante que reclama el modo de vida occidental siglo XXI. Un instante de pura abstracción que prepara el cuerpo para la percepción. Fue como detener el paso entre la marea de atropellos en la hora pico de la vereda más caminada.


31 de enero de 2011

Un poco más de jazz

Hoy escuché a una cantante de jazz que me gustó mucho; su nombre es Vanessa Montilla. El fraseo que tiene, con muy buen swing, y el timbre de voz, que creo que se amolda perfectamente al género, merecen ser escuchados. 
Los músicos que la acompañan merecen que se les preste atención también. En los videos y canciones que pude escuchar se destaca en un primer plano al guitarrista con una presencia marcada en las improvisaciones.
Esta acotada reseña no tiene mayor objetivo que compartir la música de esta cantante que me impactó de muy buena manera. Para tener muy en cuenta a futuro.




Para los interesados, pueden visitar su sitio de MySpace:

29 de enero de 2011

No voy al mar

"De esas costas vacías me quedó sobre todo la abundancia de cielo. Más de una vez me sentí diminuto bajo ese azul dilatado: en la playa amarilla, éramos como hormigas en el centro de un desierto. Y si ahora que soy un viejo paso mis días en las ciudades, es porque en ellas la vida es horizontal, porque las ciudades disimulan el cielo. Allá, de noche, en cambio, dormíamos, a la intemperie, casi aplastados por las estrellas. Estaban como al alcance de la mano y eran grandes, innumerables, sin mucha negrura entre una y otra, casi chisporroteantes, como si el cielo hubiese sido la pared acribillada de un volcán en actividad que dejase entrever por sus orificios la incandescencia interna."


(El entenado - Juan José Saer)

23 de enero de 2011

Escribir en los libros


Poner el nombre en las páginas de un libro es un acto que me resulta chocante; sobretodo si está recién comprado. El hecho de marcar con lapicera la propiedad del libro con el nombre y la fecha de adquisición pareciera ir a contrapelo del propio gusto. Porque el uso del lápiz negro o portamina para las notas al margen y el subrayado lo acepto, no tengo inconvenientes con eso, ya que deja la posibilidad de un borrado sin mucha marca. Sin embargo, se convirtió en una acción necesaria, en un pequeño recordatorio para que en caso de prestarlo recuerden quién fue (en realidad si la intención es no devolverlo podemos sellar en cada pagina nuestro nombre y aun así no volverá a nuestros estantes de la biblioteca) o para reconocerlo ante una confusión. Es decir que su objetivo es saltear inconvenientes ante ocasiones de poca probabilidad.
De todas maneras, debo decir que de los libros que componen mi biblioteca solo unos pocos llevan estampados mi nombre. Más por la insistencia de mi viejo que por iniciativa propia empecé a hacerlo. En la primera hoja siempre en blanco y su consecutiva impar acompañada por el título de la obra son el lugar indicado. Arriba, ocupando el rincón derecho como pidiendo permiso se instala mi señal de pertenencia. El espacio ideal para la dedicatoria en caso de regalo o ante el encuentro con el escritor. Pero como rara vez regalo un libro propio y más extraño es que me lo firme el autor (ya sea porque la gran mayoría de los que leo están muertos o viven alejados de cualquier posibilidad de cruce) entonces le doy otro uso.
Desde hace algún tiempo empecé a incorporar otra costumbre: anotar cuándo terminé la lectura. Dejo explícito, en lápiz, el día y la hora en que finalicé con la lectura y una pequeña impresión sobre el libro. Esto último de manera muy ligera, una pequeña opinión sobre el gusto de la obra en general o algún aspecto que me haya particularmente llamado la atención; por ejemplo debajo del último párrafo de “El entenado” de Saer se puede leer una mención a las sintaxis tan particular de este autor. A veces llevan alguna nota sin mayor relación la obra pero que supongo darán un tinte particular (lluvia, viento) por el tema del libro –sí, no tiene mucho sentido – ; supongo que aportará algo en caso de revisarla para recordar el acto de lectura y no la lectura en sí (aunque no sé bien para que quisiera recordar eso).
Creo que esta notación al final del libro no tiene mayor relevancia que para un futuro en el que empiece a ver lo que soy ahora como sujeto del pasado. Ver qué opinión me suscitó determina novela, poesía, cuento o cierto tipo de literatura en particular. Es más una seña al futuro que una acción que aporte algo a la lectura; encontrarme viendo que leí en determinada época como si la memoria lo archivara y necesitara de esta nueva extensión para recordar. Como dije antes, no hay grandes reflexiones o conclusiones interesantes, solo pequeñas impresiones que a menudo rozan la obviedad o la gilada y una fecha.
Desconozco si esta acción de anotar el día en que se termina una lectura (y el que se empieza, por qué no también) es común. Sin dudas, no es nada extraordinario y original; sé de alguna otra persona que lo hace pero en sí somos pocos por lo que creo. En lo que a mí respecta, sólo espero que con la práctica los comentarios inmediatos que anoto vayan mejorando progresivamente; al igual que columnas como esta. Lo sabré dentro de unos años; por ahora es lo que hay. (Como se observa no tengo grandes objetivos).