Hacen o intentan hacer la pirueta. Aveces les sale bien, no se crean; en otras ocasiones no pueden despegarse del suelo quedando en una posición grosera o directamente caen al suelo sin llegar a poner las manos para proteger su cara. Pero en todos los casos, siempre se terminan aplaudiéndose entre ellos, con sonrisa socarrona y mirando de costado a un público desalentado.
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