29 de marzo de 2011

Silbidos

“Un pésimo actor, muy pagado a si mismo, sale de gira con el monólogo de Hamlet. Siempre había soñado con hacer Shakespeare, pero nunca lo llamaban. Ninguna compañía, ni la más triste, le ofrecía un papel. El actor, ya maduro, con dolores de ciática, veía alejarse el último sueño que tenía. Una noche, frente al espejo y a una amante cincuentona, llena de granos, se dijo que si los otros actores no se animaban, él si. Y salió de gira. Fue a Córdoba y lo silbaron, fue a Bahía Blanca y también lo silbaron, pasó por Santa Fe y el público seguía silbando. Una noche en Rosario, harto de derrochar energía, llegó a la conclusión que algo fallaba. Aturdido por los chiflidos y el pataleo se paró frente al público, hizo un corte de manga y le gritó: ¡Paren, carajo, que no fui yo el que escribió esta mierda!”
Estábamos tan borrachos que nos reímos como locos, revolcados en la arena, mientras despuntaba el día. Lucas podía contar cualquier cosa y hacerla graciosa. Yo ya había escuchado ese chiste en el ambiente del teatro y creo que François Truffaut lo tomó en una de sus películas. Pero igual me hacía desternillar de risa. Supongo que era porque ponía en tela de juicio toda la escritura, aun la más genial que haya dado la humanidad.



( “La hora sin sombra” - Osvaldo Soriano)

27 de marzo de 2011

La pantera mutó en tortuga

Hay discos que llaman nuestra atención y si bien difícilmente se conviertan en nuestros favoritos, nunca saldrán de nuestro reproductor de música. Atrapados por alguna melodía reconocible, fácilmente tarareable, la letra, los matices, lo que sea. Pop in swing es uno de esos álbumes.
Pink turtle es un septeto de músicos franceses que a modo de pequeña big band toman canciones por todos conocidas tanto del pop como del rock y las transportan al mejor swing del jazz. Si bien la idea no es del todo original, recuerdo a los The Lost Fingers hacer un trabajo similar, los resultados alcanzados son más que meritorios. Se las ingeniaron para adaptar un listado de temas que es difícil imaginarlos tocados en clave de swing; seguramente no a todas las versiones produzcan el mismo gusto o efecto en cada oyente. Lo que no puede negarse es que el resultado final es un disco muy divertido y ameno de oír.
Ya sea por curiosidad, porque se guste de escuchar versiones en otros estilos, para divertirse o por lo que sea, es un disco que vale la pena escuchar al menos una vez para poder sacar conclusiones.

Listado de temas:
·         How deep is your love (Bee Gees)
·         Walk on the wild side (Lou Reed)
·         Smoke on the Water (Deep Purple)
·         Logical song (Supertramp)
·         Hotel California (The Eagles)
·         Money (Pink Floyd)
·         Every breath you take (The Police)
·         Highway to Hell (Ac/Dc)
·         Another brick in the Wall (Pink Floyd)
·         Love is all
·         We are the champions (Queen)
·         Owner of a lonely heart (Yes)
·         Don’t know why (Norah Jones)

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15 de marzo de 2011

Freddie la tenía clara

Hay discos que simplemente al escucharlos uno se queda prendido a ellos. Se cierran los ojos, se relaja el cuerpo y se prepara para la audición placentera. En realidad es un placer no exento de cambios de humor que van desde alegría, tranquilidad hasta tristeza, susto, tensión. El llamado “hard bop” suele regalarnos joyas así con sus armonías complejas y sus solos repletos de virtuosismo y melodía.
Freddie Hubbard supo contribuir con sus composiciones y sobre todo con su trompeta para que existan discos que difícilmente podamos olvidar. Discos a los que nos entregamos una y otra vez hasta casi memorizar los solos pero que aun así logramos encontrar nuevos matices. Ready for Freddie es uno de ellos. El cuarto disco de Hubbard grabado por el sello Blue Note en 1961 es imprescindible en cualquier batea de un amante del jazz y de la música en general. Cada uno de los temas que componen el disco merece ser escuchado con total atención.
Los músicos que acompañan a Freddie son dignos de mencionar por su sutileza, su excepcional trabajo y por ser artistas que ejercieron una influencia notable en el jazz, sobre todo por la presencia de Wayne Shorter y McCoy Tyner, en saxo  tenor y piano respectivamente. Completan el cuadro musical el baterista Elvin Jones, el bajista Art Davis y Bernard McKinney en tuba tenor. Además Shorter aporta con un composición, Marie Antoinette.

·         "Arietis" - 6:41
·         "Weaver of Dreams" (ElliottYoung) - 6:35
·         "Marie Antoinette" (Shorter) - 6:38
·         "Birdlike" - 10:15
·         "Crisis" - 11:33
·         "Arietis" [alternate take] - 5:51
·         "Marie Antoinette" [alternate take] (Shorter) - 6:15


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4 de marzo de 2011

Queremos tanto a Miles

Hace años cuando empecé a escuchar a conciencia jazz, es decir, prestándole la atención que debía a la música, quedé impactado por Miles Davis. El disco de Kind of blue se gastó de tanto girar en el equipo de música. Además, fue la puerta de acceso para escuchar a Coltrane, Adderley, los pasos del gigante Paul Chambers y la poesía escrita con el piano por Bill Evans. Luego pasé a escuchar otros discos, a ampliar los horizontes de mi escucha de jazz.
A pesar de que escuchaba discos de fusión el primer contacto con la “electrificación” del jazz que me marcó de manera profunda fue a través del disco We want Miles. Lo compré sin saber qué me esperaba pero conociendo que los músicos que en esa ocasión acompañaban al gran Davis eran de gran calibre. A Mike Stern lo había visto actuar unos años antes, pero desconocía a Marcus Miller que a partir de ese momento empecé a escuchar; al igual que a Bill Evans que está vez no tenía nada que ver con el histórico pianista sino con el gran saxofonista del funk.
El disco registra en vivo conciertos dados por Davis en el principio de los años 80’ en distintas ciudades de los Estados Unidos y en Tokio. Personalmente, siendo un neófito en el tema, creo que el sonido de la grabación es excelente; logran los músicos la sensación de intimidad a través de temas que se inician en la más absoluta tranquilidad con pequeños arreglos en la melodía para luego convertirse en un volcán eléctrico que avasalla para luego regresar a la tranquilidad; como ocurre en Jean Pierre.
Justamente la melodía de Jean Pierre posee algo particular: una vez escuchada es inevitable no tararearla, no cantarla durante días, que vuelva una y otra vez sin saber por qué motivo a intrusar nuestra mente. Ante esta advertencia queda en ustedes tomar valor para dejarse atrapar por tan particular forma de belleza.
Para finalizar, la lista de músicos que participan del disco son: Miles Davis en trompeta, Mike Stern en guitarra, Marcus Miller en bajo eléctrico, Bill Evans en saxo soprano, Al Foster en batería y Mino Cinelu en percusión. La producción estuvo a cargo de Teo Macero como no podía ser de otra manera.

·         "Jean Pierre" – 10:30 (Davis)
·         "Back Seat Betty" – 8:10 (Davis)
·         "Fast Track" – 15:10 (Davis)
·         "Jean Pierre" – 4:00 (Davis)
·         "My Mans Gone Now" – 20:12 (DuBose HeywardGeorge Gershwin)
·         "KIX" – 18:45 (Davis)


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1 de marzo de 2011

Para escucharlo en la esquina

En su más que recomendable libro Blow! De trompetas y trompetistas, nuestro querido Gillespi escribió, en el último capítulo dedicado a recomendar algunas audiciones de trompetistas y discos, lo siguiente sobre Miles Davis:
On the Corner (1972) es uno de mis [discos] predilectos. Invadido por el sonido funky, es un disco áspero, rítmico y frenético del principio al fin. Como si los músicos estuvieran en trance o participando de una ceremonia de brujería en Haití. Definitivamente, Miles se estaba volcando al terreno del rock. Con influencias de Jimmy Hendrix (en el uso de trompeta con wah wah) y de Sly and The Family Stone en las bases rítmicas, el disco marca la decisión de Miles de acercarse a públicos más jóvenes, y fue duramente criticado por los sectores más conservadores del jazz.”
Para completar las palabras de Gillespi cabe mencionar que participan músicos de excelencia, como son los casos de: Chick Corea en teclados, Herbie Hancock en sintetizador y teclados también, un treintañero Jhon McLaughlin en guitarras (ya había fundado la Mahavishnu Orchestra), Al Foster en batería, entre tantos otros instrumentistas (incluso se oye un citar). Y como no podía ser de otra manera fue producido por Teo Macero.

El disco contiene los siguientes temas todos compuestos por Miles Davis:
  • "On the Corner / New York Girl / Thinkin' One Thing and Doin' Another / Vote for Miles" (19:55)
  • "Black Satin" (5:16)
  • "One and One" (6:09)
  • "Helen Butte / Mr. Freedom X" (23:18)



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The Road o la película donde todo cruje

Hace unas semanas vi The Road (2009) una road movie ambientada en un mundo pos-apocalíptico donde no se sabe qué pasó y dejarse morir no es una opción descabellada. En ese contexto, un padre y un hijo atraviesan ciudades, pueblos y caminos deshabitados o, peor aún, con algunos otros sobrevivientes. La desesperación por la falta de alimento y esperanza hace que todo sea un infierno en el que hay que escapar de grupos armados y del canibalismo que empieza a aflorar como algo común y hasta necesario.
Caminando al sur en busca de la costa y de la esperanza, los dos protagonistas atraviesan distintos periplos. La película se vuelve entretenida aunque hay varias escenas laguneras que aportan poco o que se extienden sin necesidad. Por otra parte, resalto la escena donde se presenta un sótano repleto de esclavos que son guardados no para explotarlos en el trabajo sino como alimento. De lo más crudo en el film.
La oscuridad, las fogatas, el viento, el vapor que sale de las bocas y el cielo que parece un gran manto de ceniza que no deja ver el sol crean una excelente ambientación. Admito que por momentos parecía una típica película zombie y se me hacía inevitable no estar expectante a la aparición de algún muerto viviente caminando. De hecho, dentro de la historia la idea de “muertos vivientes” a los pocos que aún se mantienen con vida no es descabellada.
Sólo una cosa puede resultar molesta: los sonidos ambientales. Es que The Road es una película en donde todo cruje. Las casas de madera, los leños en la hoguera crujen, las ruedas de los carritos, las puertas, las hojas muertas en suelo, cada pisada, los insectos, los huesos de Viggo Mortensen, el revólver cargado con dos balas, todo cruje. No se sabe por momentos de donde viene tanto crujir incesante pero no por eso deja de ser una película que se deja ver sin problemas. Alrededor de una hora y media de entretenimiento y no más que eso con alguna moralina típica de Hollyhood es The Road.